Reconocimientos
Ing. Arturo T. Acevedo

Carta del Ing. Arturo T. Acevedo

Escribo estas líneas pensando en el año de trabajo que terminó, pero inevitablemente me remito también al cincuentenario de nuestra fundación, que estamos celebrando en 2012. Los reportes de actividades contienen la particularidad de reflejar aquello que hicimos durante el año pasado, pero siempre se escriben durante los primeros meses del año siguiente, por lo que me resulta imposible ignorar un aniversario tan importante.

Hace cincuenta años, un grupo de empresarios concluyó que para llevar adelante un negocio exitoso, era imperioso también incluir a la comunidad que lo rodeaba. En ese momento, el concepto de Responsabilidad Social Empresaria no existía. No había bibliografía al respecto, ni consultores, ni tampoco un mandato social o político que incentivara la creación de este tipo de organización.

Fundación Acindar nació como institución en 1962 y desde entonces, trazamos un camino sin teorías pero con convicciones. Mantuvimos siempre el objetivo de contribuir a la educación en las localidades donde la compañía estaba presente. Privilegiamos el esfuerzo y el trabajo a largo plazo a las soluciones transitorias y efectistas. Crecimos como organización a través de las diversas crisis económicas, políticas y sociales de nuestro país. Promovimos alianzas con otras entidades y experimentamos la importancia de trabajar en equipo, a pesar de las diferencias y también valorando la posibilidad de potenciar las capacidades de otros. Comprobamos el valor de evaluar los programas y nuestra metodología de trabajo. Sin estridencias, sin grandes discursos, pero siempre guiados por la certeza de que mantenernos fieles al objetivo inicial de nuestros fundadores debía ser nuestro horizonte.

Para Fundación Acindar, el programa más eficiente es aquel que continúa replicándose en forma autónoma, y en un horizonte aún mejor, es aquel que deja de existir, porque la problemática abordada inicialmente se ha resuelto. Muchos podrán llamar a esto una utopía. Pensar en una fundación empresaria, cincuenta años atrás, seguramente también lo fue.